Después de casi cinco décadas dedicadas a trabajar con vegetales como ingeniero agrónomo, especialista en fisiología vegetal, y tras haber colaborado con diversas empresas y organizaciones, desde transnacionales hasta pequeñas empresas familiares, he acumulado algunas experiencias que deseo compartir. En mi carrera, tanto en el mercadeo de productos agrícolas como en mis cátedras de fisiología vegetal y mercadeo técnico, he aprendido de mis alumnos y profesores lecciones valiosas de los vegetales que considero aplicables a nuestras organizaciones.
Este libro tiene como objetivo establecer una correlación entre lo que podemos aprender de los vegetales y cómo podemos aplicar ese conocimiento en nuestras organizaciones. Invito a los lectores a apartarse de nuestra visión antropocéntrica y a reconocer que otros seres vivos también poseen inteligencia, de la cual podemos aprender.
He identificado tres pilares fundamentales para el éxito de cualquier organización, especialmente las comerciales: las personas y la manera en que se organizan, los productos que ofrecen, ya sean tangibles o intangibles y la creación, manifestación y comunicación efectiva de estos productos. Estos son determinantes en el éxito o fracaso de una organización.
Los vegetales son ejemplos extraordinarios de autosuficiencia. Para sobrevivir, diversificarse y prosperar, gestionan todo por sí mismos. Su sistema de producción de compuestos metabólicamente complejos está genéticamente codificado para alcanzar la homeostasis mediante la autorregulación, la autoproducción de sus alimentos y la autodefensa ante ataques de bióticos y abióticos . Además, demuestran una notable creatividad en sus procesos bioquímicos.
Esta creatividad y eficiencia en los vegetales nos ofrecen lecciones valiosas. Aunque existen y han existido organizaciones humanas muy exitosas que han generado todo tipo de avances tecnológicos y servicios, para nuestra evolución a un mundo más confortable, también han cometido errores significativos, especialmente en el sistema de libre mercado donde la libertad puede derivar en libertinaje hacia la competencia y la desigualdad . Muchas organizaciones humanas actuales enfrentan problemas debido a su falta de autosuficiencia y de sistemas efectivos de comunicación y autodefensa. El mayor es la falta de cooperación con otras organizaciones dentro de su cadena productiva.
Creo firmemente que podemos aprender mucho de los vegetales, especialmente en su enfoque metabólico y procesal para el éxito. Los vegetales se comunican intra e inter específicamente a través de sistemas bioquímicos sofisticados, similar a una red de interconexión que supera en muchos casos a la Internet humana y la inteligencia artificial. Esta comunicación es altamente asertiva y adaptativa, permitiendo la coevolución y la simbiosis mutualista con otros organismos.
En este cuaderno de notas esquemático y fotográfico, discutiré cómo las organizaciones humanas pueden imitar estos sistemas vegetales para mejorar. Desde el núcleo familiar hasta las grandes multinacionales, todas las organizaciones pueden beneficiarse al adoptar principios vegetales de trabajo, altruismo y vitalidad, enfocándose en la sostenibilidad y la resiliencia, expresada en su alto grado de anti-fragilidad . Los vegetales no solo limpian el aire produciendo oxígeno y absorbiendo CO2, sino que también mejoran su entorno para coevolucionar con otros seres. Contrariamente, nuestras organizaciones a menudo contribuyen a la crisis climática y a la competencia feroz por sobrevivir.
Creo esencial que dejemos de subestimar a los vegetales y comencemos a aprender de su capacidad para mejorar su entorno y perdurar. Al adoptar el “verbo vegetar” con un nuevo sentido y que simbolice trabajo altruista y productividad, así podremos aspirar a un progreso sostenible y a la perpetuidad no solo de nuestras organizaciones, sino también del conjunto de la humanidad y del planeta.
Finalmente reconozco que hay muchos errores en la correlación y muchos de los conceptos pueden ser discutibles, me arriesgo a la crítica con sentido de mejora y asumo que en muchos casos el mensaje a transmitir con la mejor intención, puede tener vicios de procedimiento, lo cual no descarta la intención de que quien se atreva a leerlo, haga una reflexión positiva y con solo esto habré cumplido mi objetivo de este cuaderno de notas.
Cuando terminé este cuaderno de notas en junio del 2024, pensé que debía hacer algo real y se me ocurrió cobrar por el libro. Sin embargo, el usufructo de esto se utilizará para plantar y hacer crecer árboles nativos, y luego obsequiarlos a agricultores. De esta manera, podremos entre todos los lectores del cuaderno denotas, divulgar de una forma tangible el nuevo significado del verbo “vegetar”.
Hernando Alfredo Pabon Parra
Junio 6 2024, Santa Catalina, Bolívar, Colombia